Después de leer The Total Money Makeover en 2012, habÃa estado avanzando penosamente, pagando más por mis préstamos siempre que podÃa.
Nueve meses después de vivir en DC, finalmente conseguà un trabajo asalariado en una organización ambiental. Era un trabajo decente y definitivamente pagaba más de lo que ganaba antes. Seguà manteniendo mi trabajo minorista en Ann Taylor porque podÃa obtener un descuento en la ropa y me ponÃa un poco de dinero extra en el bolsillo. No me mantuve fiel a mi idea radical de destinar todos estos nuevos ingresos a mis préstamos estudiantiles, pero le dediqué bastante.
También comencé a disfrutar la vida con un trabajo asalariado. Siempre me ha gustado cocinar (y comer) y me di el gusto de comprar alimentos más saludables y probar nuevas recetas. Salà con amigos y me tomé unas vacaciones. En general, lo estaba haciendo bastante bien. Incluso habÃa sacado mis préstamos del aplazamiento y estaba pagando la factura mÃnima cada mes por cada uno de ellos.
Pero todavÃa estaba ansioso e incómodo por mi dinero. TodavÃa no me sentÃa en control. A veces me entraba el pánico de no tener suficiente dinero para el mes. A veces renunciaba a salir con amigos o no conseguÃa algo que querÃa porque estaba preocupado por mis finanzas. En verdad, fui bendecido porque siempre tuve dinero para pagar mis cuentas y para alimentarme, pero no me sentà bendecido. Me sentà estresado.
En el verano de 2014 sucedieron dos cosas importantes que me obligaron a tomar medidas sobre estos sentimientos de estrés. Uno: habÃa decidido, con alguna intervención divina, que iba a obtener mis Maestros; y dos: me ofrecieron un trabajo que pagaba $ 30,000 más de lo que habÃa estado ganando, más un reembolso de matrÃcula por regresar a la escuela.
Aquà hubo una oportunidad. Por un lado, me habÃa prometido a mà mismo que saldarÃa mi deuda estudiantil; aunque volver a la escuela de posgrado parecÃa anular todo el progreso que habÃa hecho hasta la fecha. Por el otro, estaba a punto de tener un aumento significativo de recursos. PodrÃa continuar como lo habÃa estado haciendo, lo cual no fue horrible pero tampoco bueno, o hacer un cambio para poder tomar el control de las cosas nuevas que se me presentaban.
Volvà a The Total Money Makeover.
Releà el libro y volvà a comprometerme con el programa. Esta vez, sin embargo, iba a hacer todo: la intensidad de la gacela, el presupuesto, la bola de nieve de mis préstamos y los pequeños pasos (proporcionaré detalles sobre todas estas cosas en futuras publicaciones). Estaba comenzando mi nuevo trabajo en agosto de 2014, asà que querÃa tener todos mis patos en fila antes de esa fecha. Estaba listo para rodar.
Luego me robaron la billetera. Literalmente, directamente de mi bolso. Es curioso cómo decide que vaa a cambiar para mejor y luego la vida decide arruinar sus planes.
Sin embargo, esto no me descarriló; simplemente me retrasó. De hecho, resultó ser una bendición disfrazada. Tuve que cerrar y volver a abrir todas mis cuentas bancarias, lo que me permitió analizar en profundidad mis finanzas. Me preparó para volver a embarcarme en este viaje.
Comencé mi nuevo trabajo en agosto; Empecé la escuela en septiembre; y comencé mi primer mes de presupuestación en octubre. Hubo un perÃodo de ajuste para aprender a hacer un presupuesto, pero nunca me habÃa sentido mejor con mis finanzas.
Algunos de ustedes probablemente estarán pensando: “¡Por ​​supuesto que se sintió mejor! ¡Estabas ganando $ 30,000 más que antes! " Tiene un buen punto, y eso sin duda ayudó. Pero eso no fue lo que me cambió de sentirme estresado a sentirme bendecido. Fue que entendà mi dinero; Comprendà que podÃa pagar mis facturas y aún disfrutar de la vida. PodÃa justificar ciertas compras que no habÃa podido justificar antes. PodrÃa decidir pasar el rato con mis amigos o no pasar el rato con mis amigos y el dinero no influyó en mi decisión. Pero lo mejor era que sabÃa exactamente cuánto podÃa pagar de más por mis préstamos. Sentà que finalmente podrÃa lograr mi objetivo de una manera clara y metódica.
Sé que los sentimientos que he descrito no son exclusivos de mÃ. Sé que otros también se han sentido asÃ, como que no importa lo que haga, parece que no puede controlar sus finanzas. A veces todavÃa me siento asà (es un viaje continuo, ¿recuerda?), Pero esos sentimientos son cada vez más raros. Si se ha sentido asÃ, estoy aquà para decirle que a) no está solo y b) puede tener el control de su dinero; que el estrés no tiene por qué ser un compañero constante.
Tal vez ya haya comenzado a hacer algunos cambios en su viaje de aptitud financiera. Reconoce esos cambios y siéntese orgulloso de si mismo. Sin embargo, si reconoce que algunas cosas aún deben cambiar, deje que esa sea la motivación que necesita para volver a visitar las metas financieras que estableció, o las razones por las que las estableció en primer lugar. Si esas razones siguen siendo ciertas, entonces tiene todo el incentivo que necesita para volver al cuadrilátero y lograr esos goles.